A consecuencia de mi última entrada algunos amigos me comentaron que el título sonaba algo derrotista. Si bien es cierto que la palabra desaceleración no tiene demasiada buena prensa por razones que todos tenemos en la memoria, también lo es que no significa lo mismo que caer o disminuir. Las exportaciones de alimentos españolas siguieron creciendo en 2013, pero a un ritmo significativamente menor que en los tres años precedentes.

Volviendo a la fuente ya utilizada entonces, he querido sacar los datos por subsectores, a ver cuál o cuáles han sido los que son los responsables de este movimiento. A tenor de los datos hasta octubre, vemos que hay capítulos que redujeron los importes exportados, como es el caso de las grasas y aceites (uno de nuestros principales capítulos de exportación alimentaria), los piensos animales, el tabaco, el 'azúcar, café y cacao' y la pesca. El resto de sectores crecían y lo hacían casi todos por encima del conjunto del sector, excepto las carnes (otro de los principales rublos exportadores) y los 'lácteos y huevos'.

Fuente: DATACOMEX

Evidentemente, no todos los sectores aportan en la misma medida. En los 10 primeros meses del año 2013, el reparto era el que aparece en el Gráfico siguiente. Como puede verse facilmente, el primer subsector en importancia es el de las frutas y legumbres, que casi alcanzaban el 39 %. Detrás estaban las carnes (13,5 %), Las bebidas (10,3 %), las grasas y aceites (8,9 %), la pesca (8,3 %) y los preparados alimenticios (7,6 %). El resto de apartados quedan todos por debajo del 4 %.

Fuente: DATACOMEX

Si miramos ahora la evolución de estos subsetores más importantes llegaremos a la conclusión de que los responsables de la desaceleración de este ejercicio fueron TODOS: nótese como la tasa de 2013 es inferior en todos los casos a la de 2012. Grasas, pesca y carnes cayeron o crecieron por debajo de la media, y el resto lo hicieron por encima, pero todos con tasas inferiores a las del año anterior. Así que, evidentemente, no parece que se tratara de un problema de oferta, ya que sería muy poco probable una coincidencia de todos los subsectores en un mismo momento del tiempo (a lo sumo podría explicar algún caso concreto, pero no todos). Podría ocurrir, también, que la capacidad productiva de los sectores españoles estuviera en todos los casos cercana al límite (con la ley de los rendimientos marginales decrecientes trabajando a destajo) o que el consumo interno hubiera tomado el relevo a las ventas internacionales. Pero no parece que haya sido eso. Más bien tiene el aspecto de que el problema ha estado en la demanda, que en dos de nuestros principales clientes (Alemania y Francia) se ha visto somerida a fuertes tensiones derivadas de sendas desaceleraciones en el PIB y, lógicamente, en sus compras de consumo. Aunque esto lo dejaremos para un último artículo la semana que viene.

Fuente: DATACOMEX

A raíz de una pregunta que me ha hecho el economista, y sin embargo amigo, José Carlos Díez (@josecdiez) a través de Twitter, me he bajado los últimos datos disponibles de comercio exterior de alimentos desde Datacomex. Y, tal y como se dice en el enunciado, las exportaciones de alimentos se han desacelerado durante 2013 (véase gráfico).

 

Fuente: DATACOMEX

Cerrando un poco más el foco y centrándolo en los últimos tres años, se comprueba que esa tendencia ha sido bastante constante, aunque el comportamiento del primer trimestre haya sido el principal responsable del pobre rendimiento del sector.

Fuente: DATACOMEX

No obstante, varios factores se me ocurren que pueden estar en la base de esta relajación de las tasas. El primero es bastante obvio, ni Alemania ni Francia, que son nuestros principales clientes internacionales han tenido un desempeño brillante en durante el ejercicio, destacando el caso germano cuyo crecimiento económico en el ejercicio ha sido bastante decepcionante con las expectativas generadas durante los primeros meses.

El segundo tendría un efecto muy limitado, ya que sólo afectaría a las ventas realizadas fuera de la zona euro, ya que en los dos últimos años, la moneda europea, a pesar de que las dudas sobre su pervivencia persistían no ha dejado de evaluarse (sobre todo frente al dólar).

Fuente: Banco de España

Y el tercero sería el propio crecimiento de las exportaciones en los últimos años, con tasas en torno al 10% anual desde 2010, muy difícil de mantener a medio plazo, ya que, por un lado, la oferta no responde de forma automática ante los aumentos de exportaciones de manera continuada, ni los mercados receptores son corralitos en los que sólo vendan las empresas españolas.

En una próxima entrega echaremos un vistazo a los principales países y subsectores responsables de estas cifras.