Volvamos a darle vueltas a los mercados, y a las cadenas de suministro. Pero hagámoslo desde el final: el consumidor. No cabe duda que estos tiempos de crisis galopante en el que la tasa de paro se dispara y la renta real se resiente no son buenos para el consumo. También sabemos que, no obstante, tanto frutas como verduras (en general, los alimentos) tienden a tener una menor elasticidad renta, de forma que su sensibilidad a los cambios en la renta de los consumidores no es muy elevada, tanto cuando ésta crece, como cuando cae. Incluso, podría ocurrir que su consumo aumentara frente a la caída de la renta, denotando su naturaleza de bienes de primera necesidad.

Los datos del panel de consumo alimentario que nos ofrece el MAGRAMA, nos permiten monitorizar el comportamiento de los hogares españoles a la hora de consumir alimentos y bebidas. Para esta entrada vamos a fijarnos en las frutas y las hortalizas frescas (sin distinguir por productos, que no se trata de realizar un complejo trabajo econométrico). En general podemos ver que la crisis le ha sentado bien al consumo de frutas y hortalizas en los hogares (Gráfico 1). No es de extrañar ya que, además de ser bienes de primera necesidad, se ha producido un importante retroceso del consumo de alimentos fuera del hogar, lo que significa que las familias han vuelto a cocinar en casa con mayor asiduidad y tienen que poner más cantidad en el carro de la compra.

Gráfico 1.

panel consumo cantidades

 

Sin embargo, es interesante consignar que este incremento de consumo (en suma, una mayor demanda) ha venido acompañado de un menor gasto, tras el máximo registrado en 2009/2010 (Gráfico 2). Lógicamente, esto ha sucedido porque los precios no se han movido apenas o lo han hecho a la baja en términos nominales (en términos reales, es decir considerando la inflación, han descendido en cualquier caso) (Gráfico 3).

 Gráfico 2.

panel consumo gasto 

Gráfico 3.

panel consumo preciosPara que se tenga una idea de magnitud, el volumen de consumo ha aumentado en la última campaña un 1,5% en frutas y un 0,8% en hortalizas con respecto a la media de las tres últimas campañas. En ese mismo ámbito de comparación el gasto de los hogares se redujo un 1,5% en frutas y un 1,8% en hortalizas. El precio aparente de dichos bienes cayó un 3,0% y un 2,5% respectivamente en términos nominales.

Desde el punto de vista empresarial no parece que tenga mucho sentido bajar precios sin que esto suponga aumentar los ingresos (se sobreentiende que el gasto de los consumidores coincide, IVA aparte, con los ingresos de los minoristas). Lo ideal sería que un descenso del precio provocara un aumento del consumo suficiente para compensar la pérdida de ingresos unitarios. Se me ocurren varios tipos de factores, que además pueden concurrir casi todos a la vez, para que esto no sea así:

1.       Desciende la demanda del producto por falta de interés de los consumidores.

2.       Los costes de producción se han reducido y, por tanto, se puede ofrecer el producto más barato.

3.       La presión de la competencia hace que los precios caigan (aunque la inflación no se reduce, ni siquiera la subyacente).

4.       La capacidad de compra de la demanda final es tan débil que se desplomaría el consumo fuertemente de no producirse un descenso de los precios.

5.       Que el margen comercial de estos bienes no sean excesivamente relevantes para el minorista o que use estos productos de primera necesidad como elementos reclamo para atraer a los consumidores a su establecimiento.

Desde el punto de vista de los consumidores, ni que decir tiene, es mucho mejor tener a su alcance productos a unos precios más bajos. Pero, desde el punto de vista de la cadena de valor, deberíamos averiguar en qué medida los precios bajan por cada una de las razones expuestas (o por otras) y, sobre todo, cuánto de neutral es cada una de ellas para la distribución del valor añadido a lo largo de la cadena. Aunque supongo que cada lector ya tiene en la cabeza su propia respuesta… (y que debería escribir en los comentarios).

 

Nota: las campañas están medidas de agosto a julio.