Este artículo fue elaborado para la columna mensual de El Economista: Apuntes desde el Sur.
Una cadena agroalimentaria permeable a la tecnología, que la integre de forma vertical, es clave para la pervivencia de la agroindustria en el primer mundo.
Dato 1: la economía mundial es una ensalada global en la que muchos ponen los ingredientes básicos, en la que se supone que el mercado es el que elige los ingredientes, pero no se sabe muy bien quién es el encargado de aliñarla y removerla.
Dato 2: la globalización ha provocado que el proceso fabril (la producción propiamente dicha) se haya convertido casi en una commodity fácilmente intercambiable. La mayor parte del valor añadido se incorpora actualmente en las fases de diseño del producto o servicio y en la de venta minorista (es el modelo iPhone).
Dato 3: La tecnología se ha convertido en una extensión de nuestras vidas, el homo sapiens ha dejado paso alhomo tecnologicus. La tecnología ha sido uno de los motores y medios de la globalización y su presencia se ha generalizado: todo incorpora un componente tecnológico. Compare sus juguetes con los de sus hijos y luego siga mirando lo que hay al alcance de sus ojos (y no le digo nada si esto lo está leyendo en un teléfono o en una tableta).
Dato 4: El medioambiente se ha convertido en una preocupación creciente, y las tendencias aceleradas de cambio climático agudizan esta preocupación. El propio cambio tendrá consecuencias relevantes sobre la producción primaria a nivel mundial con la aparición de ganadores y perdedores.
Dato 5: La confianza es una de las primeras materias primas con las que se trabaja en el mercado alimentario.
Pregunta al primer toque: ¿se pueden mezclar esos 5 datos de forma que la resultante sea la supervivencia de la producción agraria en los países del primer mundo?
Aunque tengo previsto dedicar una entrada al VII Congreso de Cooperativas Agroalimentarias que se está celebrando en Valencia, ahora quiero dejar una breve nota sobre una de las ideas más lamativas de las que he tenido noticia hoy. Si usted es de los que han leído el resto de las entradas de este blog, ya conocerá algunas de las obsesiones de este que les escribe. Aparte de la necesidad de alcanzar una dimensión adecuada para los mercados actuales, otra de las más repetidas es la necesidad de tener noticia de los gustos de lo consumidores que son los que finalmente deciden si compran o no nuestro producto.
En la Escuela de Consejeros del Grupo Cooperativo Cajamar suelo invitar a los consejeros de las cooperativas a que exploren las oportunidades de las nuevas tecnologías para esta misión tan importante. Pues bien, los amigos de Fresón de Palos han ido más lejos de lo que yo hubiera imaginado, ya que no sólo han logrado el contacto directo con sus consumidres, sino que también han logrado que estos les cuenten algunas cosas tan relevantes como de qué forma consumen el producto, o qué valores asocian a la marca. Y todo con una promoción en la que sorteaban unas tablets. Para participar, el consumidor tenía que responder una encuesta bastante amplia. Para mi sorpresa lograron 104.000 respuestas. Una muestra extraordinaria para cualquiera que se dedique a investigación comercial.
El análisis de esas respuestas les ha permitido identificar estrategias de cambio para ajustar la imagen que de ellos tienen los consumidores a la que elllos desean ofrecer. Pero también les han dado pistas para lanzar nuevos productos que permitan reducir la estacionalidad de las ventas. Y que aumenten su posicionamiento. Incluso les ha permitido enfocar mejor su publicidad en TV.
Desde ya queda incorporado este ejemplo a mi batería para conferencias. Ahora busco uno de producto que te hable desde el lineal: ¿Alguien conoce alguno?