Hace unos días se presentó en la sede del Ministerio de Agricultura la última publicación de la Serie Economía de Cajamar Caja Rural. El libro lleva por título “El sector lácteo español en la encrucijada” y está coordinado por Miguel Ángel Díaz Yubero, persona que atesora una prolongada relación profesional y académica con el sector y que ha sido capaz de reunir en torno a este proyecto editorial a casi el todo “quién es quién” del sector.

Al margen de que cualquier estudio sobre uno de los principales capítulos de la PFA española siempre es interesante, en esta ocasión se añade la situación de incertidumbre institucional y de mercado en la que vive sumida el sector y que, como bien señala el título, supone una encrucijada que el sector debe afrontar para mantener su competitividad y viabilidad en los próximos años.

El lector curioso conocerá con este libro el por qué el sistema de cuotas que adoptamos al entrar en el por entonces Mercado Común supuso una verdadera camisa de fuerza para unas ganaderías que tenían una capacidad de producción mayor que la consignada en la cuota inicial y que implicó en primera instancia el incumplimiento de las obligaciones europeas y la prolongación del denominado déficit de producción española.

También se recogen diversos diagnósticos y razonamientos sobre la actual situación el sector, aquejado de una crisis de sobreproducción a nivel global provocada por un exceso de expectativas sobre el comportamiento de los mercados emergentes (y particularmente China), y el aumento de las producciones registrado justo tras el final del sistema de cuotas en la mayoría de los países europeos.

Respecto a la situación del sector a nivel nacional, destaca la mayor parte de los autores un menor desarrollo de la gama de productos derivados de la leche en el lado industrial (tal vez por el notable éxito cosechado con la diversificación de la gama de leches líquidas), una menor intensidad de la actividad cooperativizada, y unos costes de alimentación superiores a los de la media europea por la menor disponibilidad de pastos de las explotaciones españolas. El sector se está reestructurando de manera intensa en los últimos años, con la desaparición de las explotaciones más pequeñas y el consiguiente aumento de la dimensión de las explotaciones que sobreviven.

Se afrontan en el libro otras interesantes cuestiones, como las ventajas que derivan de la profesionalización de la recría de terneras o los avances en la alimentación y sanidad animal o en el diseño de granjas e industrias. O las tecnologías de mecanización hoy disponibles para toda la cadena de valor del sector.

El libro está disponible para su descarga gratuita en la web de publicaciones de Cajamar:

Ya que estamos en verano, les propongo un pequeño ejercicio de agudeza visual. Sin mirar la leyenda, que es dónde está la solución, ¿podrían decirme cuál de las líneas de este gráfico es la de los precios de la leche cruda en Dinamarca?

Fuente: Obrservatorio Europeo del Mercado Lácteo

Imagino que casi todos ustedes habrán acertado. Pero el pasatiempo no acaba aquí, ¿cómo es posible que en un país en el que debe ser mucho más barato producir leche los precios de la misma sean sistemáticamente superiores a los españoles?

Esta pregunta no tiene una respuesta tan sencilla. Puede estar relacionado con la estructura interna de los mercados y sus diferentes grados de apertura, aunque con ambos países dentro de la UE esto no debería pasar. No obstante, intuyo que una de las razones más poderosas es precisamente de mercado y de organización del mismo. El peso del cooperativismo lechero danés es muy superior al español. De hecho, fijénse en este otro gráfico y piensen en ello mientras se toman un mojito, o un batido fresco, a la sombra de un chiringuito...

Fuente: Tomado de Gabriel Trenzado (2013)

Ya he comentado en otras ocasiones la importancia de alcanzar una dimensión mínima con respecto a las empresas de comercialización de frutas y hortalizas, de forma que estén capacitadas para hacer frente a las presiones y, lo que es más relevante, a las demandas de la Gran Distribución.

Pues bien, una reciente encuesta llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Almería (y que en breve estará disponible) entre empresas comercializadoras de esta provincia, viene a aportar más evidencias sobre esta cuestión. Uno de los resultados que más me ha llamado la atención es que las empresas más grandes afirman que su planificación toma como referencia las demandas de los minoristas. Por el contrario, las empresas más pequeñas tienen a tomar como referencia de partida las producciones de sus proveedores (los agricultores).

Bien saben los que me han leído alguna vez la importancia que este “juntanúmeros” le da a la profesión de agricultor (siendo la poca relevan relevancia social de la misma una de las posibles causas de la relativa debilidad en la que se encuentran en este momento). Sin embargo, también creo que la única agricultura posible es la que tiene en cuenta lo que quieren los consumidores, por encima de las preferencias de los propios agricultores. Aunque pueda suceder que el mix propuesto por ellos sea de más calidad objetiva. El consumidor, si no está informado previamente, tendrá unos valores que posiblemente no serán coincidentes con las de los productores (y es según éstos como toma sus decisiones de compra). En este sentido, es mucho más probable que sobreviva una empresa que objetiva su programación pensando en el mercado (la demanda) que otra que lo haga pensando en los agricultores (la oferta).

Hay otra cuestión en la que se diferencian las grandes de las pequeñas. Se trata del I+D+i. Aunque ni unas ni otras reconocen tener capacidades propias para llevarlo a cabo, de las respuestas se desprende que las grandes sí que llevan a cabo procesos de desarrollo, bien colaborando con otras empresas, bien buscando el apoyo de la universidad u otros centros de investigación.

Vemos, por tanto, que en los mercados cada vez más globalizados de nuestro presente, el tamaño importa. Y mucho. Como ya dejaran claro otras investigaciones, en el ámbito agroalimentario la dimensión en el primer tramo de la cadena de suministro es una cuestión clave. Por eso hay una fuerte correlación entre el grado de concentración de las ventas minoristas de alimentos y el tamaño medio de las cooperativas a lo largo y ancho de los estados europeos. No es casualidad, sino causalidad. Cuando en un mercado, una parte de los agentes logra una dimensión que le permite establecer de forma casi unilateral las condiciones del mismo, la ganancia de tamaño se convierte en una cuestión de supervivencia para los demás. Aunque, ojo, a estas alturas de la película, la ganancia de tamaño no lo es todo; además hay que ser eficiente e innovador (aunque eso siempre ha sido así).